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Rutinas que dan seguridad: el día a día de un niño en tratamiento

Cuando un niño empieza su tratamiento, todo cambia. Hay nuevos lugares, palabras difíciles y emociones intensas. En medio de tanto movimiento, las rutinas se vuelven abrazos: pequeños momentos que dan calma, orden y seguridad.

Las rutinas no solo organizan el tiempo. Para un niño en tratamiento, saber qué viene después, aunque sea algo tan simple como lavarse las manos antes de comer o escuchar un cuento antes de dormir, puede devolverle una sensación de control. Las rutinas:

  • Ayudan a reducir la ansiedad y el estrés.
  • Refuerzan vínculos afectivos con cuidadores.
  • Fomentan la autonomía y la autoestima.
  • Permiten que el niño anticipe lo que va a ocurrir, lo que disminuye el miedo.
  • Rutina de hospital: llevar siempre el mismo peluche, cantar una canción antes de entrar a consulta, elegir juntos el color de la mascarilla.
  • Rutina de descanso: leer un cuento, escuchar música suave, usar una luz tenue que el niño pueda encender por sí mismo.
  • Rutina de juego: reservar un momento del día para jugar libremente, incluso si es desde la cama o con materiales sencillos.
  • Rutina de conexión: llamadas diarias con hermanos o abuelos, mensajes de voz, dibujos que se intercambian entre casa y hospital.

Establecer rutinas no es imponer horarios rígidos. Es construir un entorno predecible, amoroso y seguro en medio de la incertidumbre. Es decirle al niño, sin palabras: “Aquí estoy, contigo, y juntos vamos a atravesar esto”.

Referencia:

Asociación por los Derechos de los Niños con Cáncer

8 thoughts on “Rutinas que dan seguridad: el día a día de un niño en tratamiento

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